Protesta sin más

“When you go home take the long way”... ¡Vamos!, ¡que para llegar a Ortigüela de Vidruelo hay antes que recorrer pedaleando en bici Tallín, Antananarivo, Uagadudú, Asjabad, después cruzar a nado el Volga, también el lago Constanza pero en patín charlando con los cisnes y Basilio, y el estrecho de Dardanelos remando en piragua, después disfrazarse de oso hormiguero y entrar en la capital de España por una vía pecuaria alternativa entonando reggaeton a ritmo de jotica aragonesa, sin ropa interior, pero estilosilla, con el ‘sporran’ original colgado, pegando saltitos a golpe de la gaita de celtas... altos, y dejándose besar en los morritos (sin lengua) por la rana Gustavo mientras posa una servidora estéticamente con las melenas al viento para una selfie enfocándose con el telefonito antirroturas precioso marca Acme de mil quinientos euros, teniendo como fondo el teatro de Mérida o el de Taormina al anochecer, lo mismo da.

¡Y pensar que me gasté en conciertos el dinero para gastos de uno de aquellos veranos lejanos en que crucé de adolescente el charco!.

El caso es que no lo encuentro sencillo, no sé por qué. Será que soy del siglo pasado y ando trasnochada.