Los médicos asustan a la población

 Los médicos asustan a la población.-

Escucho a Ignacio González por la radio: "Esas personas (es decir, nosotros los médicos), que están intentando asustar a la gente"...  ¿Asustar es rebelarse contra una medida que considero innecesaria y además peligrosa para la salud de los madrileños?... Perdón, pero usted no tiene ni idea de lo que es asustar... Asustar es decir a una madre que su hijo tiene un linfoma, o a una mujer de pelo negro y gafas rojas que la embolización de la malformación arteriovenosa cerebral de su marido no ha ido del todo bien y que de momento no se despierta, o explicarle al "chico del pendiente" de la entrada que su padre, que entró andando en la sala del CT, ha tenido una reacción al contraste iodado y se lo han subido los intensivistas a la U.C.I., o contarle a mi propia madre que su hijo (mi hermano) tiene un cáncer localmente avanzado y traducirle el significado. Eso es asustar de verdad.
                   
     

   


Discúlpeme, señor político, me han educado muy bien. Soy correcta, disciplinada, responsable, estudiosa, sacrificada, ... Pero desde luego TONTA NO. Usted habla y habla y habla y tiene mucha gente a su alrededor pensando por usted. Yo, ¡fastídiese!, hablo mejor en público que usted, escucho, pienso, estudio, razono, interpreto, concluyo, informo, enseño, reviso y vuelvo a hablar y a escuchar, y, si es necesario, repito este proceso mil veces, mirando a los ojos tanto a mis compañeros de fatigas como a mis pacientes. De hecho creo que yo en mi trabajo soy infinítamente mejor que usted en el suyo. Por favor, no me minusvalore porque, con toda seguridad, he dedicado más horas de mi vida al estudio del ser humano que usted a sus leyes o a sus técnicas manipulatorias, y soy una observadora minuciosa de mi entorno. Regalo mi tiempo asistencial con gusto porque mi profesión es hermosa aunque muy dura a veces. Y como no me asusto fácilmente le pido que me crea: No es necesario una gestión privada para ahorrar y usted se equivoca. Sus asesores no conocen este Sistema Sanitario como nosotros, los médicos. Y, ahora sí, ¡asústese!, la pasión por la Medicina no tiene límites, y somos muchísimas cabezas pensantes (que lo hacen muy bien a diario) en contra de esta decisión unilateral. 

Por cierto... Fíjese si soy buena en mi quehacer diario que si tuviera que realizarle a usted mismo un estudio de extensión de un cáncer de pulmón o diagnosticarle de una apendicitis (que muy bien le podría suceder, aunque no se lo deseo) lo haría escrupulosamente, con la misma dedicación que lo hago siempre, aunque en este momento lo que me pide el cuerpo es pegarle un puñetazo por falsear datos y por querer imponer un cambio brutal sin sopesar de antemano los pros y los contras, lo que, ¡discúlpeme!, es de una torpeza mental increíble, que si hubiera cometido yo alguna vez en mi vida ya estaría inhabilitada profesionalmente por malpraxis. ¡Ah!... Decirle que no se equivoque conmigo... Voté al PP en las últimas elecciones, así que figúrese cómo estarán los médicos que hayan votado  a otros partidos políticos.

 

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